Burnout: ¿tu trabajo te está enfermando?
De acuerdo a la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo, el cual no se ha manejado con éxito, situación que trae consigo tres características: agotamiento físico y emocional; desmotivación e insatisfacción y, por último, pérdida de productividad. La OMS añade que el burnout se refiere específicamente a fenómenos en el contexto ocupacional, y no debe usarse para describir experiencias que generan descontrolada tensión emocional en otras áreas de la vida.
EN RIESGO Se presenta con mayor frecuencia en trabajadores que tratan con el consumidor, cuya actividad conlleva carga de trabajo excesiva diaria, plazos ajustados, tiempo más allá de la jornada laboral, relaciones laborales problemáticas, salarios bajos y falta de seguridad social, entre otros factores que pueden generar señales de burnout.
BOLA DE NIEVE
Los síntomas de esta afección en general se desarrollan lentamente; suelen iniciar como molestia menor ocasional; pero si estos primeros signos no son reconocidos, ni tratados, pueden afectar el estado de salud y el desempeño laboral de manera considerable.
CLIENTE AFECTADO
Además del daño a nivel personal, las consecuencias laborales son ausentismo y cambios frecuentes o abandono de trabajo; de igual forma, empleados con estas condiciones emocionales deterioran el ambiente laboral porque son generadores de conflictos con compañeros, causando que la calidad de servicio al consumidor disminuya, lo cual aumenta el riesgo de perder clientes y de no captar más público, lo que afectará las ventas de la farmacia. Para no llegar a esta situación, se debe atender el problema con estas estrategias.
VALORACIÓN
Los trabajadores reaccionan de diferente manera a situaciones abrumadoras y, por tanto, algunos son más vulnerables que otros. Así, la evaluación debe ser individual con el objetivo de detectar los síntomas de estrés laboral en etapas muy tempranas de aparición.
ANÁLISIS
Es difícil hacer cambios cuando no se sabe lo que causa estrés; el primer paso es examinar aquellos factores estresantes que están generando malestar, y mientras más rápido se encuentren, con mayor facilidad será posible atenderlos y solucionarlos aceleradamente.
RESPONSABLE
Se debe identificar la fuente del conflicto; si se trata de una situación que proviene del propio trabajador, por ejemplo, no sabe delegar, así que prefiere resolverlo él solo; o bien, es una disposición de la farmacia, como alargar el horario de atención al cliente.
CÓMO
Es el momento de desarrollar un protocolo para resolver el problema; es muy importante pensar lo que se pretende hacer para tomar las medidas adecuadas; incluso, se pueden anotar los pasos para alcanzar el objetivo que se desea. Una manera práctica es abordar un problema a la vez, dando respuesta concreta a determinada inquietud y, cuando se arregla, entonces se pasa a la siguiente.
EN MARCHA
Es el momento de la acción, si es una cuestión personal, es decir, un hábito que está causando el malestar, ahora debe ser modificado; por otra parte, si es un tercero quien está generando el estrés, por ejemplo, las directrices de un superior jerárquico y/o el poco apoyo de alguno de los compañeros, se les debe plantear lo que está sucediendo y, sobre todo, la manera conveniente de remediarlo.
RESULTADO
El cambio de actitud es un proceso paulatino, conforme los factores de estrés se superan. En esta intervención, es básico que el trabajador se comprometa a mejorar su disposición laboral.
AYUDA
Si el estrés ha alcanzado cierto nivel, no bastará con la buena voluntad del empleado para superarlo; es necesario que reciba atención psicológica, donde le proporcionarán las herramientas para gestionarlo de la mejor manera y evitar otra posible crisis.